SAYULA JALISCO

SAYULA
Siente la mística belleza de este pueblo que vive entre leyendas y un futuro prometedor… Porque sabe combinar la magia de sus tradiciones con su gente emprendedora
 


¿Por qué venir a Sayula?
 
A un costado de la imponente Sierra de Tapalpa se encuentra un lugar lleno de encanto y misticismo, donde la magia de la naturaleza se pelea con la habilidad del hombre para ganar el primer sitio en cuanto a atractivos, lo que hace de Sayula por supuesto, un sitio donde todo es admirable, comenzando por la gente, que sólo tiene sonrisas para el viajero; es un poblado de grandes proporciones, una ciudad que aún guarda lo típico de la provincia, pero que ha crecido y ahora puede ofrecer a quien la visita lo mejor de su pasado y lo más prometedor de su pujante desarrollo.
 


En Sayula los templos parecen aparecer por doquier; allá alguno franciscano y más acá alguno de etilo colonial; todos de excelente factura, creando un rosario de lugares para visitar y admirar dentro de un corto perímetro; hay bellas plazas y elegantes edificios civiles, casa antiguas que dejan atónito a quien las visita; hay un sinfín de artesanías de la mejor calidad y de una belleza que deslumbra, y también hay historia, cultura y ¿por qué no? un inmenso sosiego que se siente al sentarse en una banca del parque y contagiarse de la vida local, dejando atrás el estrés, en una completa inmersión en otra forma de vida, tan aplacible y encantadora como la Laguna de Sayula.
 



Es muy bonito Sayula y muy elocuente, porque cada sitio que se visita parece platicar de su historia; hablan las plazas de romances y hechos históricos; los templos narran las largas anécdotas de sus construcciones; la gente misma siempre tiene algo qué platicar con el turista; sus parajes platican cuentos de ánimas y fantasmas que le han creado fama, como la del “ánima de Sayula” y toda la población es una historia que no termina nunca de ser contada y que quiere oírse una y otra vez.
 


No te puedes perder...
 
Lo difícil cuando se está en Sayula, es decidir por dónde comenzar; la mejor opción es desde el Centro Histórico, precisamente desde la Plaza de Armas, con su arbolado que da sombras invitantes; su kiosco de hierro forjado, sus fuentes cristalinas y sus soberbios portales; ahí enfrente, en la esquina de 16 de septiembre y Ramón Corona, está el Palacio Municipal, un magnífico edificio de bella arquitectura; y muy cerca, espera para ser admirada la Parroquia de la Inmaculada Concepción, que con su amplio atrio y su fachada elaborada en cantera rosa, es una obra de arte arquitectónico; y para proseguir en ese estilo, otro templo de gran atractivo y muy cercano es el Templo de san José, que se construyó junto con su panteón y su capilla; y más al poniente, hacia el final de la Avenida 16 de septiembre, se halla el Santuario de Guadalupe, con su bello jardín frontal que junto con los frailes franciscanos que aún lo habitan, da la bienvenida a los visitantes; y ahora, hablando de frailes y monasterios, es momento de cambiar de rumbo para visitar el Ex convento Parroquial, al pie del Cerro de El Gato, para deleitarnos con su taller de rebozos “Tejedoras de tachihual fray Juan Larios”; toda una experiencia; de ahí, vale la pena ir hacia el Museo de Arqueología Regional, donde también se encuentra la Casa de la Cultura Juan Rulfo, ambos dignos de conocerse a fondo; y en todas estas “idas y venidas”, seguramente se habrá de pasar por la Glorieta del Ánima de Sayula, donde una escultura representa la historia acontecida en los 56 cuartetos originales de la historia; y es que las tradiciones en el municipio son muy arraigadas, como lo es su fe y religiosidad, lo que puede constatarse en el Museo de Arte Sacro, verdadera joya de este arte centenario. Y para continuar con los sitios históricos y de mayor tradición se precisa una visita a la antigua Estación de ferrocarril, casi emanada de una novela de Rulfo; lo que nos da pie a salir hacia la Laguna de Sayula, un escenario natural impresionante, al norte del pueblo y estando ahí, conocer la Mezquitera, a su alrededor y Las Islas, dentro de la laguna, ambos escenarios naturales de gran atractivo. Estando ya en un contacto tan cercano con la naturaleza, vale la pena dirigirse al Parque Santa Inés, cuarenta años siendo el lugar donde se pasan los mejores días de campo en Sayula. Y para rematar un viaje inolvidable qué mejor que caminar por alguno de los dos andadores ecológicos que circundan Sayula; al sur el Andador Ecológico Panorámico, dentro de la Ruta Juan Rulfo, al que se puede llegar caminando; mientras que al oriente se encuentra el Andador Ecológico Sayula- Usmajac, un sitio ideal para caminar y observar el paisaje natural que brinda. Con ello, se ha concluido una visita seguramente inolvidable, y si no se ha llegado a visitar todo, se ha quedado invitado a volver cuantas veces sea necesario.
 

¿Cómo llegar?
 
Para llegar a Sayula desde Guadalajara, se toma la autopista de cuota Federal No. 54D Guadalajara-Ciudad Guzmán- Manzanillo, tomando la desviación a Sayula antes de Ciudad Guzmán; otra opción es desviarse en Acatlán de Juárez a tomar la carretera estatal No. 401 hasta Sayula. El municipio cuenta con una red de caminos revestidos, brecha y terracería que comunican a sus localidades. Línea de autobús directo: Autotransportes del Sur de Jalisco

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